miércoles, 27 de febrero de 2008

Libre para pensar... libre para opinar

Dicen unos que somos producto o hijos de las influencias de una sociedad mediática y mediatizada que hace de nosostros y nuestros pensamientos lo que quiere. Afirman otros haberse liberado por completo del yugo mediático y mediatizador. De mí misma, yo digo que cada vez soy más libre de lo que nos dictan debemos ser, debemos rechazar, debemos defender... para ser, rechazar y defender cada vez con mayor convencimiento y menos miedo lo que mi capacidad de análisis y mi conciencia me dictan. Nunca osaría decir que soy libre del todo o que carezco de prejuicios, aunque cada vez me acerco más a la libertad.

No es fácil automarginarse del rebaño. Ni es fácil pertenecer a él cuando la elite intelectual lo desaprueba. Como ejemplo, el flamenco. Hace no demasiadas décadas, el flamenco estaba considerado por la crema de la crema como una música populachera, histriónica, sin gusto ni arte en su esencia. Todos hacían esfuerzos hiperbólicos por dejar claro que lo detestaban. Hoy, sin embargo, el flamenco parece ser la más alta manifestación del arte musical étnico y racial. Se agotan las entradas, duelen las palmas de las manos tras ovaciones interminables, arrasan en las listas de ventas los discos más calés y en las universidades se celebran congresos de alto nivel sobre el flamenco y sus excelsos artistas.

Más: está claro que no hay en España una sola persona a la que le guste medianamente Julio Iglesias. Está claro que no hay nadie por aquí a quien escuchar un sólo acorde de una de sus canciones no le lleve a la nausea. Y está claro que quien decida mostrar un mínimo aprecio hacia sus melodías recibirá una avalancha de críticas, gestos asqueados y exclamaciones de incredulidad. Así que, mi pregunta es: ¿Quién coño compra en este país los dos millones de ejemplares cada vez que este ser abyecto saca disco nuevo?

En definitiva y por acabar ya y aliviar la migraña mirando hacia un lugar menos hostil que la pantalla del ordenador, no era esta la forma en que pensaba inaugurar mi blog, ni mucho menos. Pero es al fin y al cabo, una forma de inaugurarlo y eso, teniendo en cuenta mis recelos iniciales, pensando "para quién escribes, para qué", ya es mucho. Será este el blog de una librepensadora que busca liberar sus pensamientos recurrentes en forma de palabras con el mismo fin exhibicionista que tenemos todos. Se admiten críticas, rectificaciones y alabanzas. Se admite todo, pero con una sencillísima condición: sin insultos y con argumentos sólidos. Los demagogos, ya pueden irse por el mismo link que han venido. Los del "buenismo", ahí tienen la puerta. Recomiendo que se vayan con viento fresco a los que un día gritaron hasta la afonía "NUNCA MAIS" y ni siquiera se les encogieron las vísceras ante los incendios de Guadalajara, porque no estaba de moda salir a protestar. Pueden largarse también, y cuanto antes mejor, los que apoyan a un partido político como quien es del Atleti, sin autocrítica ni honestidad. No, no os estoy echando: al contrario, me preocupo por vuestra salud mental. Aquí no se echa a nadie, sino que se le reta a una batalla dialética sincera.

Por lo demás, os doy la bienvenida a todos: a los que pensais como yo y a los que disentís hasta en lo más básico conmigo. Por mi parte, me comprometo a no dejarme llevar por la autocensura ni por la espiral del silencio (el temor a la marginación se traduce en falsas verdades) a la que, por cierto, dedicaré varias entradas, puesto que es un mal que, aunque para algunos ya esté superado, monopoliza cada vez más el mundo en el que malvivimos. Habrá cuentos, noticias, pensamientos, habrá espíritu constructivo y afán total y alebosamente destructor. Aviso de que, muy probablemente, nadie podrá estar de acuerdo con todo lo que aquí diga y mientras un día encontrareis la satisfacción de ver plasmadas vuestras inquietudes en mis párrafos, otros días renegareis de cada una de las sílabas.

Me amaréis y me odiaréis. Trataréis de etiquetarme y erraréis si deducís haberlo conseguido. Os haré pensar y quizá os haga vomitar de rechazo. Pero si desde el odio o desde el aprecio, consigo que algo se mueva en vosotros, el objetivo se habrá conseguido.

4 comentarios:

f.c.p dijo...

Sé bienvenida.
Ya estás tardando en dar buena mecha a esto, y que arda todo.
Venga, vamos a follarnos a las mentes.;)

Unknown dijo...

Hola, gallega hermosa. Vas a quedar hecha una tutuca de tanta patata. jeje. Me alegro mucho de tu repentino regreso al mundo de las letras, este sacudón de ideas reaviva las fuerzas de quienes, como yo, resisten agitando alas a los detractores de neverland. Un brindis con el pistilo de la pena a la salud del despertar de tus creaciones, polinización simbólica mediante para una dulce y sangrienta esperanza de vida. El deseo del magno suspiro expectante e ilusiorio de quien a Odín le encarga la belleza de tu pluma. Te quiere mucho... Firma: Un loco cualquiera.

adam dijo...

Si que es dificil no pertenecer al rebaño.

Totalmente de acuerdo en tu vision de las elites ¿intelectuales? No solo con el flamenco.

Yo defiendo lo que llamo "el pensamiento independiente". Que se trata de meditar sobre algo antes de adoptar la opinion mayoritaria.

Un ejemplo polemico; el antiamericanismo.
Vale, soy totalmente contrario a Bush ¿es un mal americano? ¿Doña Margaret I de Inglaterra y don Silvio el unico de Italia son americanos?
Y Norman Mailer, J.D. Salinger, Carver, los hermanos Cohen, Woody Allen, Hopper, Merce Cuningham, etc ¿son americanos?
No digamos Dylan (por esra vez bob), Springsteen, Simon y Garfunkel, Crosby y compañia y tantos mas.

Voy a ir viendote desde este principio, pero no creo que me muevas por el odio (si no me gustara lo que me voy encontrando, me iria a otro lado. Nadie me obliga a entrar aqui).
Ire pasando y abrasandote a palabras hasta que alcance el directo.

Adrian Apunte dijo...

wao todo esto me ha facinado aunq espero que vuelvas nuevamente al mundo de las letras...