martes, 8 de abril de 2008

Hoy trabajas tú

Harta de mi verborrea y aplicando la más elemental empatía, he comprendido que escribo demasiado y demasiado poco con verdadera sustancia. Leo blogs de otros donde, en la mitad de líneas que yo, cuentan infinitamente más y mejor. Así que, en mi ánimo constante de aprender de los demás, hoy os cedo la patata caliente y os propongo un reto que espero tenga más éxito que los que lanzaba en mi fenecido Fotolog.

El encargo es así de sencillo: os pido que en unas líneas (5, 10) escribáis un relato, una reflexión, lo que os apetezca, a partir de la frase que a continuación os propongo. El único requisito ineludible es introducir la frase literalmente en el texto, sin cambiarle una coma: al principio, al final, en medio... Eso lo dejo a vuestra elección. Sois libres de hacer lo que el cuerpo os pida. El que desee extenderse más de las líneas recomendadas, tanto mejor. Os sugiero que sea pura ficción, porque creo que resulta un poquito más difícil escribir sobre lo que nos es ajeno y a veces, altamente terapeútico. Sin más, veamos mi poder de convocatoria. Aquí tenéis la frase:

"Te voy a dar un consejo: cómprate camisas nuevas. Yo te compraba las más feas que encontraba para que ninguna mujer se fijara en ti".

Diálogo absurdo de la semana: "¿Qué hora es? Chamartín".

10 comentarios:

adam dijo...

Acepto, intentare escribir el cuentito con esa frase tan corta y tan facil de colocar.
Es mas; ya se me han ocurrido dos.

Cuando los tenga ¿Que tengo que hacer? ¿Ponerlo en mi blog? o lo coloco aqui¿?

Como mas tarde estaran mañana (miercoles) noche.

adam dijo...

"Te voy a dar un consejo: cómprate camisas nuevas. Yo te compraba las más feas que encontraba para que ninguna mujer se fijara en ti".


Estaba leyendo el último libro de poemas del gran Raymond Carver, mientras su amigo leía los comentarios que le habían colocado en su blog, y visitaba a sus habituales.
De repente se puso a reír delante del ordenador.
“¿De que te ríes, tío?”
“Una piba, se ha quedado sin inspiración y pide a los que entran a visitarla que escriban un relato incluyendo una frase que propone ella”
“¿Que tiene de gracioso?”
“La frase, es "Te voy a dar un consejo: cómprate camisas nuevas. Yo te compraba las más feas que encontraba para que ninguna mujer se fijara en ti".
“Jo, no es fácil de colocar, no”


“Oye”
“Estoy intentando leer”
“Hazme caso, tío!”
“Dime”
“¿Te gusta la camisa que llevo?”
“Horrorosa”
“¿Y la del otro día? La violeta con lunares amarillos?”
“Horrorosa”
“tío, me las compre mi novia”
No pude acabar de leer, me moría de risa con la revelación que había descubierto mi amigo.
…Y me moría de envidia, porque una mujer le quería tanto que le quería en exclusividad.

Maximus dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Maximus dijo...

"Querido Lucas:

Acabo de recibir tu regalo. Sabía que tenías buena memoria, pero no imaginaba que te acordarías de mi cumpleaños tres años después. Ya veo que has rehecho tu vida. Tu foto con Teresa, esa compañera a la que tanto admirabas "sólo profesionalmente" demuestra tu capacidad para sobreponerte. Y el que parece vuestro hijo (¿eso es niño o niña?) me lleva a pensar que eres feliz. Sin embargo te voy a dar un consejo: cómprate camisas nuevas. Yo te compraba las más feas que encontraba para que ninguna mujer se fijara en ti.

Muchas gracias por acordarte.
Sonia.

PD: Odio los portafotos... parece que de eso tampoco te has olvidado."

adam dijo...

"Te voy a dar un consejo: cómprate camisas nuevas. Yo te compraba las más feas que encontraba para que ninguna mujer se fijara en ti".


Ella sabia que tenia que tomar alguna decisión, continuar igual no la llevaba a ninguna parte.
Lo que la desconcertaba era que la gota que desbordo su rutina hubiera sido algo tan poco habitual, algo tan externo a ella.
Sabía que todavía le tenía cariño, pero la convivencia empezaba a asfixiarla.
Quería ser capaz de dedicar el tiempo que le quedaba en hacer cosas que le gustaran, que le apetecieran.
Quería ser la propietaria de su vida.
Miro a su alrededor, a la gente que estaba en el café. Parecían tranquilos, tenían conversaciones rutinarias que le daban un poco de luz a su existencia, bebían o leían.
La vida seguía su curso, la gente seguía haciendo sus actos habituales, el sol salía y se ponía como siempre. Pero ella tenía que tomar su decisión.
Recordó entonces el estallido que aclaro su mente. Una frase pintada en una pared, con pintura verde:
"Te voy a dar un consejo: cómprate camisas nuevas. Yo te compraba las más feas que encontraba para que ninguna mujer se fijara en ti".

Cuando años más tarde su nueva pareja le pregunto porque una frase tan anodina había encendido la mecha de su cambio de vida, ella le contesto:
“Por que a mi me era igual las camisas que se ponía”.

Isabel dijo...

Han pasado casi cinco años y cada vez que pienso en la ruptura, encuentro menos recuerdos. No consigo acordarme de en qué momento se perdió el amor, quizá porque tampoco consigo encontrar el punto en que le amé tanto que no deseaba que nadie le mirase. Con él nunca fui celosa, quizá porque era la esposa perfecta o porque nunca sentí más de la cuenta.
Lo que sé es que, en el final, jamás se me ocurrió decirle: "Te voy a dar un consejo: cómprate camisas nuevas. Yo te compraba las más feas que encontraba para que ninguna mujer se fijara en ti".
Él se compraba las que quería. Ahora todo da igual.
http://senderosintrincados.blogspot.com

MaríaT dijo...

¿Esto qué es? ¿Una clase práctica de Escrita I? ¿Tanto echas de menos la facul? Jejejeje. Ahora estoy currando pero luego intento escribir algo, ¿vale?
Besitos

Ceceda dijo...

...¡nunca, nunca daré un consejo a nadie, ni pensando que pudiera ser en mi propio provecho!...
Mírame, como una idiota, empaquetando "tus discos", "tus libros", "tu mantita", "tu cepillo de dientes", jo ¡qué asco!....
Aquel día que te dije: "te voy a dar un consejo:cómprate camisas nuevas". Yo te compraba las más feas que encontraba para que ninguna mujer se fijara en tí".
Pero sí, sí, imbécil de mí, no me dí cuenta que todavía quedaban sueltas por el mundo unas cuantas horteras, sin un ápice de gusto, sin un átomo de vergúenza, que te piropearon, te rondaron, te acosaron y al final te llevaron al huerto. ¡Ójala lluevan mil lluvias y te pudras!!!!!

MaríaT dijo...

1. Me parto con el post de "ceceda". La tienes enganchadita a tu blog, jejejeje. Como sigas con juegos de estos te adopta fijo, que la conozco.

2. Mi historieta:

Ahora resulta que según tu analista todos tus problemas de adolescente treintañero vienen por culpa de una madre castradora, de tu complejo de Edipo y de la frustración vital que te provoca llevar tres décadas a la sombra de mis refajos.
Pués muy bien, estupendo, independízate, vete de una vez a hacer lo que te venga en gana que así podré al fin hacer el curso de internet para jubilados, en vez de cocinar y lavar para ti; así a lo mejor me echo un ligue cibernético en vez de esperar desvelada a que llegues de juerga apestando a alcohol barato.
Pero, hijo, te voy a dar un consejo: cómprate camisas nuevas. Yo te compraba las más feas que encontraba para que ninguna mujer se fijara en ti.

f.c.p dijo...

Algo se movió en la barra que le hizo volverse.

Dejó su jarra de cerveza con una sensación en la nuca, que sólo los que han tenido a la muerte como compañera provisional captan.

Entornó sus ojos, mirando aquel ser que casi acaba con su vida un día, habían pasado ya cinco años, pero ni uno de sus pelos se inquietó.

-Sabes, (dijo con su puro en la boca) me resulta curioso verte otra vez por aqui, a si que te voy a decir una verdad, y darte un consejo antes de decorar esa pared azul con tus sesos.

La verdad, es que siempre que me he enamorado,de verdad, me entran unos gases capaces de hacer volver a volar al Hindenburg, pero los oculto por pundonor y respeto, algo de lo que tu siempre carecíste.
Y que por ello, te va a costar la vida.

El consejo, es que Te compres camisas nuevas. Yo te compraba las más feas que encontraba para que ninguna mujer se fijara en ti, bollera de mierda.

Ahora, muere.

-El extrae de su gabardina una dorada y bella ametralladora multitubo, la accióna levantando un vendaval de papeles, arena y objetos, a la par que no solo desintegra su cráneo, sino su tórax, abdómen y extremidades, lanzando sus entrañas a las copas de los estupefactos y horrorizados visitantes del bar.
Sólo se salvó un tierno pecho, que dió con sus horas de encanto justo en el centro de la diana que tantas horas de juego les dió.

Y es que, siempre se le dió bien mentir.