martes, 22 de abril de 2008

Yo soy una gringa puta de mierda

Esta noche, me apetecía fumarme el último del día leyendo blogs amigos, ajenos y revisando el propio, porque eso de encontrar un comentario nuevo -aunque hoy no haya habido suerte- es como (era) la mañana de Reyes.

Pasada revista a todo, entré en el correo, más que nada para comprobar si me habían mandado algo del periódico, donde acostumbran a ser intempestivos y a carecer de la más elemental empatía. Borrada la publicidad, señaladas con una estrella las alertas de Google para leer en otro momento y confirmado que un amigo se había acordado de mi cumpleaños tarde, pero que se había acordado, encontré uno de esos a menudo molestos avisos de Facebook: "Fulanito se ha hecho budista", "Menganito te ha mandado un regalo"... En este caso, viniendo de la persona que venía, la molestia era muy improbable. Era un mensaje de mi amiga María, lo que requería retrasar el descanso y leerlo, porque ella lo merece y se lo ha ganado tan a pulso, que cualquier agradecimiento sería insuficiente.

Se trataba de un vídeo magistral, tal sarcástico y tristemente cómico, que se me hacía obligatorio buscarlo en YouTube para compartirlo con vosotros. Instintivamente, tecleé las palabras "lección español gringas" y salió a la primera.

Por favor, insisto en que, los que nos disfrutéis de una buena conexión o veais esta entrada con poco tiempo, encontreis el momento para visionarlo. Son apenas dos minutos cargados de mensaje y humor ácido. ¿Qué más se puede pedir, cuando entre risas, uno puede reflexionar y aprender?

Ahí está:



María, mi amiga de relativamente reciente adquisición, que espero tan duradera como los días que pueda contar, vive desde hace cuatro meses en Montevideo (Uruguay). Por suerte, hoy no hace falta viajar a miles de kilómetros para conocer a quienes tienen lejos su hogar. Estamos rodeados de ellos. Algunos son unos solemnes hijos de puta a los que habría que deportar sin contemplaciones. Otros, la mayoría, son personas abnegadas, sin más ánimo que trabajar duro y labrarse un futuro digno y más o menos satisfactorio. Bien, si comparamos el número de hijos de puta con el de personas honradas, la desproporción en favor de los segundos es tan brutal como esclarecedora.

Yo misma, emigrante privilegiada que podía retornar en cuanto quisiera con sólo una llamada de teléfono, sufrí la xenofobia en Irlanda. Además, padecí el peso de los tópicos absurdos. A mí, una venerable ancianda irlandesa me robó en Dublín los 80 euros que había destinado a la compra de una bicicleta. Yo misma conocí a españoles en Dublín que, aprovechando la candidez nacional de no poner alarma a casi ningún producto, robaban a espuertas cantidades ingentes de ropa. ¿Sería justo que los irlandeses etiquetaran al conjunto de españoles como ladrones de mierda por ello? ¿Sería justo que lo pensara yo de ellos? La respuesta es obvia.

Gracias, María, por el vídeo. Aprovechando la coyuntura, me gustaría que nos contaras, a grandes rasgos, cómo son los uruguayos, sin tópicos. Porque eso también es cierto, hay características que, más o menos, definen la forma de vida y la idiosincrasia de un pueblo. Ser consciente de ellas y de los muchos matices que distinguen a unos de otros, es fundamental para el entendimiento mutuo.

Mi pequeña familia, os deseo un día fructífero y os mando un beso allá donde estéis.

Frase del mes: "Lo que se sabe sentir, se sabe decir", Miguel de Cervantes.

2 comentarios:

Isabel dijo...

Muy bueno, niña... muy irónico y desde luego, seguro que hay a quien le iría muy bien algo así. El mundo está lleno de gente que no se merece lo que tiene. Besitos. Siempre unas entradas tan especiales, las tuyas...
http://senderosintrincados.blogspot.com

adam dijo...

Inmediatamente mando una peticion a la ONU para que la genial profesora de ese video sea contratada como interprete.

Y ¡¡¡Por dios!!! que me manden una grabacion de sus intervenciones.